Una pregunta que muy pocas veces nos hacemos siendo estudiantes y mucho menos cuando salimos de la universidad, la verdad, creo que no hay una respuesta correcta o incorrecta, si diferentes miradas. Hoy dejamos la de una estudiante de tercer año de Arquitectura.
...Ser estudiante de arquitectura me ha dado muchas herramientas y conocimientos, pero además me han surgido algunas dudas... ¿Para quién hacemos arquitectura?, ¿Qué es la arquitectura? ¿Qué significa ser un arquitecto?, entre muchas más, que sin duda me habría gustado que alguien me lo explicara al momento de elegir estudiar esta carrera, pero lo que no me imaginaba era lo difícil que cuesta buscar respuesta a ellas, sin estar dentro de su mundo. En este documento me gustaría abordar la última pregunta, ya que es un tema que si bien podría tener una respuesta como: “Persona legalmente autorizada para ejercer la arquitectura (entendiendo como arquitectura el arte de proyectar y construir edificios)” (RAE, 2019), o incluso una respuesta fácil y rápida de internet como: “El arquitecto es el profesional que se encarga de proyectar, diseñar, dirigir la construcción y el mantenimiento de edificios, urbanizaciones, ciudades y estructuras de diverso tipo.” (Wikipedia, 2020). En mi opinión, ser arquitecto va mucho más allá de la definición, y es que tiene tanta influencia en la vida, la comunidad y la historia que se va a generar a partir de sus diseños, pero muchas cosas creo que se han olvidado.
Primeramente, para responder a esa pregunta debemos tener en consideración aspectos y responsabilidades fundamentales como profesional, así también veremos, cuál realmente es la definición que está estipulada de un arquitecto, para responder a esto analizaremos diferentes autores y posturas y así también, los parámetros y desafíos, que no siempre son abordados totalmente, a los que se ven enfrentados ante un proyecto.
En la arquitectura actual el arquitecto se ve de cierta forma enfocado en la imagen, el producir arte, destacar, crear monumentos, “ser el elefante blanco” o simplemente ser un producto rentable. Así va dejando de lado su rol social como ciudadano, lejos de crear espacios habitables basándose en la participación ciudadana o como un individuo ordinario, olvidándose de su identidad, historia y relaciones. Sobre este primer punto abordaremos en primer lugar.
Por otro lado, tenemos que afrontar las responsabilidades formales que conlleva hacerse cargo de un proyecto, ya sea desde su creación, análisis y limitaciones en base a su contexto de emplazamiento. El arquitecto tendrá que proveer y preocuparse de toda la documentación requerida, de la planificación, apegarse a normas legales relativas al ordenamiento y realizar todos los estudios pertinentes (Punto 2).
1. El arquitecto como ciudadano
Estamos sumergidos en el concepto de la globalización en la cual la principal característica va a ser el consumismo, mientras más se produce, más se vende y esto en relación a la arquitectura la vemos reflejada en varios ámbitos. El que abordaremos en este documento será el concepto de “City-marketing” planteado por diversos autores como un fenómeno que el principal objetivo es el consumismo masivo, llamativo donde los medios de comunicación, y con esto me refiero al marketing que producen, masifican y hacen que los intereses se vuelvan globales y estandarizados.
Frente a este tema que podemos abordar en el libro “La rebelión de las masas” del filósofo español Jose Ortega y Gasset sobre una sociedad homogénea, de aglomeraciones, en masa, que se puede concluir que debido a la incorporación de los medios de comunicación, es que plantea que no hay una condición diferenciadora de un individuo porque todo se estandarizó, ahora existe poca variedad, “las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existencia, y menos regentar la sociedad” (Gasset, 1930), entonces podemos deducir que debido a la sobre densificación y a la centrificación es que se está perdiendo la identidad individual e histórica. A esto le podemos sumar la descripción que hace Rossi frente a un lugar para habitar, basado en la comunidad, real y ciudadana que son en base a tres conceptos: identidad, historia y relaciones. Estos tres puntos se han ido perdiendo incluso en la arquitectura, claros ejemplo de ello son las grandes cadenas, como McDonalds que, pese a que posee redes en todo el mundo, este carece la identidad de su contexto, es decir, este local sirve acá y “en la quebra’ del ají”, con una cultura completamente distinta.
“El problema más obvio con tal visión es que el nuevo mundo parece tan diferente que parece carecer de mucha, si es que tiene alguna, conexión inmediata con su antepasado moderno. Por lo tanto, una segunda forma de pensar acerca de este cambio que toma la posición de que es a la vez parte y un reflejo del movimiento de una sociedad posmoderna moderna a una sociedad posmoderna totalmente nueva y discontinua.” (Urry, 1997)
Así mismo, este fenómeno Marc Auge lo define como “Los no lugares” que carecen de relaciones e historia, es un espacio que al no tener identidad alguna sirve en cualquier lugar. También ejemplos de este fenómeno lo podemos ver en construcciones o instalaciones internacionales y estandarizadas tales como aeropuertos, bibliotecas, habitaciones de hotel, metro y supermercados.
La globalización trae consigo muchas variantes que causan efecto en la manera de crear ciudad, aquí quiero hacer un hincapié en lo que al comienzo de este ensayo denominamos como la City Marketing, que es una visión de una ciudad ficticia, una ciudad de marcas, enfocada exclusivamente al consumismo y esto, volviendo a repetirlo, hace que el arquitecto como diseñador, planificador y creador de nuevos espacios, solo caiga en esta visión de destacar por su morfología, siendo que el producto sea vendible en un corto plazo, utilizando las normativas al máximo, enfocándose en el marketing y las ganancias como principal primicia de un proyecto, dejando en un segundo plano cosas tan imprescindibles como la vida en comunidad, participación ciudadana y espacios colectivos agradables y efectivos.
2. Sobre la responsabilidad
El arquitecto trae consigo una inmensa responsabilidad, es por esto que necesita de una preparación profesional, ya que prestará sus servicios a la sociedad, basándose en arte, ciencia y técnicas. Debe velar por la correcta ejecución de su obra haciéndose cargo y cumpliendo todas las normas, leyes y ordenanzas legales que se le establezcan sin cometer error alguno.
En primer lugar, el arquitecto deberá en base a las reglamentaciones y al levantamiento de terreno del topógrafo (datos anteproyecto), así también como a un arduo análisis identificando posibles soluciones y una evaluación, confeccionar un diseño respetando todo lo antes mencionado. Luego de concluida la creación del proyecto, pero antes de comenzar la obra, el arquitecto debe hacerse cargo de una serie de documentación regido por las normas y las leyes donde se encuentre (tales como CIP, EETT y otras solicitudes de permiso). Después de todos los correctos procedimientos se puede llevar a cabo la obra.
Pero la obra no termina una vez construida, actualmente en Chile la constructora se debe hacer responsable al menos por 5 años luego de que fue construida según lo estipula el código civil. De esta forma podemos decir que se debe diseñar y planificar todo el proceso con rigurosidad pensando en que es un espacio habitable, por lo tanto, las personas que se movilizarán ahí están básicamente bajo el cuidado del profesional a cargo.
La responsabilidad como arquitecto va mucho más allá de solo cumplir normas, su responsabilidad es con personas, individuos que deben confiar en el profesionalismo y la rigurosidad del edificio en que se encuentre. Pensando que va a ser habitado y en base a esto mismo crear un lugar habitable y confortable no solo enfocándose en ser un edificio emblemático, sino que enfocándose que serán seres vivientes los que al final darán uso y destinarán el proyecto.
Entonces, ¿Qué significa realmente ser un arquitecto?
Es una persona encargada de crear espacios habitables, confortables, que bajo su responsabilidad está en cómo ubicar a las personas, siempre tomando en cuenta su contexto en el que se encuentra, enfocándose en la comunidad, ojalá no olvidándose de la participación colectiva y sus necesidades elaborando estrategias y metodologías de acuerdo a cada lugar de emplazamiento, respetando la identidad y la diversidad de la configuración urbana, pensando que va más allá de crear un producto vendible, llamativo y que genere ganancias rápidas, sino que un lugar para vivir y habitar, tomando en cuenta todas sus necesidades, dispuesto siempre a dialogar, escuchar y entender lo que será una creación colectiva vinculada a la comunidad.
Autora: Janet Mendoza Roumat, Estudiante de Arquitectura, 3er Año, Pasante de F+ Studio
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